
Somos Bercianitas: conoce al equipo
A veces las mejores ideas nacen de la forma más sencilla. Una conversación, una rosquilla sobre la mesa y un pensamiento en común: esto merece llegar más lejos. Así empezó Bercianitas, cuando decidimos compartir con más gente lo que para nosotros nos parece algo muy especial: un sabor que nos conecta.
Somos Álvaro, Jorge y Marcos, tres amigos con perfiles muy distintos – auditor en un banco, profesor de empresa y diseñador gráfico- que nos hemos unido para dar vida a un proyecto que nos ilusiona de verdad. Queríamos crear algo que juntara nuestras pasiones y que, al mismo tiempo, rindiera homenaje a un dulce típico de Méntrida (Toledo) que nos ha acompañado desde pequeños.
Así nacen las rosquillas caseras de Bercianitas: hechas con mimo, con recetas de siempre y un toque personal que las hace únicas. Rosquillas bañadas con glaseado suave, pensadas para disfrutar sin prisa, como esos momentos compartidos que siempre dejan huella.
Bercianitas es mucho más que un dulce: es un recuerdo, una excusa para juntarse, un pequeño placer que nos encanta compartir.
Pero … ¿Cómo nacen las Bercianitas?
Cada 25 de abril, Méntrida se viste de fiesta para celebrar San Marcos. Es un día de encuentro, de música, de tradición. Desde primera hora de la mañana, la Virgen de San Marcos es acompañada en procesión hacia la ermita de Berciana, entre danzantes, devoción y familias que, año tras año, se reúnen para compartir esta jornada especial.
San Marcos y las rosquillas bañás
San Marcos se vive en cada rincón de Méntrida, desde la procesión que recorre el pueblo hasta la dehesa de Berciana, donde la jornada continúa entre familia, amigos y costumbres que no se pierden. Y si hay algo que nunca falta en esta celebración, son las rosquillas bañadas: un dulce típico de Toledo que ha pasado de generación en generación.
Estas rosquillas glaseadas, con su brillo inconfundible y ese sabor que nos lleva directo a la infancia, son mucho más que un postre. Son parte del ritual: sentarse juntos después de la romería, abrir una caja y compartir algo que siempre sabe a hogar. Porque esta tradición, también se saborea.
Las rosquillas caseras esponjosas que hoy conocemos como Bercianitas nacen de ese vínculo profundo con la tierra, con la gente y con los recuerdos Su nombre viene de la ermita de Berciana, de los danzantes que cada año acompañas la procesión, y de ese sentimiento de pertenencia que despierta cada bocado.
Hoy, con cada caja que preparamos, llevamos un pedacito de Méntrida a cualquier parte. Para que las rosquillas caseras de siempre sigan formando parte de muchos más momentos especiales.
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